martes, 30 de julio de 2013

Falsos mitos sobre las mamás cuarentañeras (I): ¡A por la cesárea!

Érase una vez, hará ya un par de años, que por culpa de unos pólipos acabé en manos de un ginesaurio. (Si aún no sabeis whatisithis  podéis pinchar aquí o aquí para una detallada definición del  especimen y sus costumbres). En su favor hay que decir que mi ginesaurio me operó fenomenalmente bien y que me recuperé muy rápidamente, lo que me animó a seguir visitándome con él después del postoperatorio. (Por aquel entonces el ginesaurio aún no había enseñado sus garras).

En una de las revisiones le comenté que Miparejo -presente en la consulta- y yo estábamos pensando en tener prole -yo acababa de cumplir los 39- y le pregunté si creía que podía haber algún problema. Mi pregunta iba encaminada a los posibles consecuencias de la operación y en ningún momento me imaginé la respuesta: "Bueno, un primer embarazo de madre añosa tiene muchos números de acabar en cesárea".... ¿Comorrrrl? Encima de llamarme, aunque fuese sofisticadamente, vieja a la cara - no tanto como él, sea dicho de paso, que ya habría cumplido sus 70 primaveras- , ya me vaticinaba el desenlace de mi aún inexistente embarazo. Después de recoger nuestras respectivas mandíbulas desencajadas del sótano del edificio, Miparejo y yo aprovechamos para largarnos de la consulta piernas para qué os quiero. Jamás volvimos a ver al reputado y senil doctor.

Nada más salir de la consulta del doctor googleé hasta el infinito y más allá todas las posibles combinaciones de las palabras cesárea, riesgos, beneficios, madre añosa, OMS y parto respetado primero en el iPhone de camino a casa y luego, al vislumbrar que eso acabaría en una búsqueda exhaustiva de varios días, en artefactos de teclado más grande y susceptible de ser utilizado a dos manos para evitar la tendidinis del dedo gordo. Tras leer cientos de páginas - que una cuando se obsesiona con algo puede pasarse días sin comer ni dormir- descubrí que una cesárea es una operación de cirugía mayor que entraña muchos riesgos tanto para la mamá como para el bebé, y que no hay ninguna razón que confirme las bondades de rajar la barriga a una mamá cuarentañera sino las creencias infundadas de algunos médicos que "(...) creen que la cesárea es de elección en caso de presentación de nalgas, presentación anterior, madre añosa, etc."  Si fuese mala añadiría a esta lista los fines de semana, las coincidencias con vacaciones, congresos y otras fiestas de guardar. Pero como soy mala lo justo, pues no lo hago.

En resumen, que después de informarme sobre el tema y  leer este maravilloso artículo donde se desmitifican los riesgos y se empodera a la mamá más allá de la cuarentena, decidí que este afirmación no era más  que una de las tantas cuyo único objetivo es acojonar y, por ende, absolutamente falsa.  Acto seguido busqué a una ginecóloga que fuese más respetuosa con sus pacientes, es decir, que creyese que, en principio, cualquier mujer puede parir. Solventado este apartado, Miparejo y yo nos dedicamos tan ricamente a la parte lúdico-festiva de la búsqueda del bebé. Ea, porque nosotros lo valemos. Primer mito, superado.

jueves, 25 de julio de 2013

Una presentación así por encima.


Llevo un año pensando en abrir este blog, más o menos desde el día que me enteré que iba a ser mamá.... Pero primero el embarazo, luego el parto y el postparto -casi ná- y finalmente el día a día con la nueva de la casa -conocida en  los círculos íntimos como la Cacahuete por su cabeza prominente y lampiña- han hecho que construir este blog haya sido más lento que el caballo del malo. Pero esto ya es agua pasada; hoy, por fin, coincidiendo con el sexto cumplemés de la Cacahuete, inauguro formalmente el blog de la mamá cuarentañera. ¡Yupi!

Hay quien dirá que las mamás primerizas somos unas exageradas y que eso de que todo el día vamos con la lengua -y algunas con la teta- fuera es una exageración. Pues claro. Y esta mañana he visto a Elvis en la cola del súper... Vale, acepto que sobre el papel mi día a día no parece nada del otro jueves: teta, cambio de pañales, paseo, jugar con la peque, más teta, más pañales, más juego, habituallamiento -desayuno, comida, merienda, cena -que prepara el papá de la criatura -también conocido como Miparejo-, una peli con la nena en brazos y teta para dormirla... Y a las 9, impepinablemente, a dormir  las dos - ella porque se duerme con la teta y yo porque me quedo frita poniéndola a dormir.  Pero si ahondamos en los detalles... ¡Ay, ahí está el quid de la cuestión! Las tetadas -este bonito palabro se lo he tomado prestado a mi madre y me parece de lo más friki- pueden alargarse durante horas, sobre todo al principio, y normalmente -también sobre todo al principio- pueden ser bastante dolorosas; los paseos, nieve, llueva o haga sol, son bastante aburridos a partir de haber inaugurado la decimoctava ruta alternativa... Lo que sí es maravilloso es observar los pequeños logros diarios de la peque. Reconozco que aquí se me cae la baba. Últimamente es un festival: croqueta, sentada sin apoyo, balbuceos de varias letras.... ¡Es que mi niña es lo más! (Perdón por este efervescente enaltecimiento de mi bebé, pero si no lo hago yo que soy su madre).... En fin, a lo que íbamos, las horas de seudo-asueto -léase ver una peli mientras duermo a la niña- estoy tan concentrada viendo la peli que luego soy el cachondeo de mi pareja -un cinéfilo muy muy advanced- porque nunca sé las pelis que he visto y las que no. ¿Y el día que la peque no se duerme en brazos en el sofá? Pues no hay peli. (Ayer mismo fue uno de esos días gloriosos en que una quiere ponerse un tapón muy muy grande en los oídos, o tener la receta mágica para hipnotizar con un chasquido de dedos y que Cacahuete caiga en un soporífero trance al instante. Pero no, estuvo saltando en la cama durante una hora y media...).

¿Qué bien te lo pasas! Cuando parientes y amigos bienintencionados me recuerdan la "suerte" que tengo de estar con ella 24/7 y no tener que "trabajar" tengo ganas de estrangularlos lenta y muy MUY dolorosamente... Pero que nadie me malinterprete, estar con ella todo el tiempo es maravilloso...  Pero cuando alguien me dice que esto no es trabajar se me hincha la vena. En fin, hasta aquí. Que el primer día tampoco quiero sonar muy agresiva, y menos aún en mi presentación... Así que ya os iré contando.